jueves, 10 de marzo de 2011

En el cielo, o algo parecido



Las grandes manzanas soplaron entre la luz y la sombra; el polvo se esparció por todo el espacio, las luciérnagas formaron parte de la oscuridad, se oía decir que fue porque ellas comentaron como había nacido dios.
Nada se escuchaba, el silencio se apoderó de todo el universo.
-Cada vez que cuento esta historia me preguntan y como fue que yo sabía eso, sabiendo que no había nadie, y que mi respiración era ya un leve sonido. Y les contesto: y que importa donde yo estaba, era el que flotaba tal cual como el agua en las grandes chimeneas-
Y el cielo se abrió, las nubes formaron la montaña, las estrellas se posaron entre los árboles y la aurora boreal se quiso entrometer en los ojos de aquel animal.
Aquel día se había autorizado para que todo lo nacido en el nombre de la naturaleza hiciera lo que se le plazca, nada tenía sentido.
-Les juro, si hubieran estado allí, se sorprenderían por las cosas más pequeñas-
Fue solo un momento de completa calma, porque el mismo silencio ya estaba aburrido de aparecer en las situaciones incómodas, se mandó a cambiar a un espacio reducido, en la cabeza de aquel loco, que miró la blancura de su habitación y fue feliz para siempre.
La luz quiso aparecer en la noche y la oscuridad al día, ya nadie sabía lo que ocurría. Gritaban que era el fin del mundo. Pero yo sabía que no lo era, por la mañana todo sería lo mismo.
Recuerdo haber visto a las aves nadar, los peces caminaban por los campos y los perros andaban por los techos.
Y quiero aclarar que fue ese día, donde todos se volvieron dementes, los humanos no soportaron tanto desorden, sus cabezas cuadradas no querían ver más. Las grandes mentes explotaron, algunos se mataron. Eran las 4 de la tarde y pocas personas quedaban en la Tierra.
-Si, pude ser uno de ellos. Pero...recuerdo que aquella tarde estaba debajo de un árbol, con mi cuaderno de cuentos, escribiendo como loco todo lo que ocurría a mí alrededor. Pero me dije: si todo está patas para arriba, este árbol puede hacer lo que quiera. Miré hacia arriba y las hojas no eran verdes. Me paré y pude observar que grandes mariposas ocupaban su lugar, de todos los colores, no aguanté más, quise tomar una, pero ella me miró con odio. No sé si ustedes sepan esto, pero a ellas les molesta que queramos tomarlas siempre. Recuerdo que se abalanzó contra mí, su larga lengua entró en mis oídos, sacando mi esencia por aquel lugar. Mientras caía al pasto pude notar que dejaba mi aura en el suelo y de allí nacía un árbol, donde empezaron a brotar pequeños bebés humanos.

María Oyaneder

______________________________________________________________
¡Tanto tiempo sin escribir!
Nunca llegó la inspiración necesaria, y este escrito vino..solo por querer escribir las mariposas en el árbol.
Esta próx semana empiezan las clases en mi u...y eso es genial. Estoy empezando una nueva etapa y espero aprovecharla...y claro, debo tener el tiempo para pasarme algún día por mi blog que lo tenía tan botado.
Muchas gracias a las personas que leen esto, para eso lo hago.