viernes, 14 de marzo de 2014

Y me llamaron



Mi cabeza piensa tantas cosas, son tantas inquietudes que ya no se que hacer, pienso que podría caminar, o salir corriendo. Pero no, nunca hago nada. Porque está en mi naturaleza, ser un nada. 
Cuando me preguntaron qué quería ser al crecer, debí escoger ser SOMBRA. Porque de algún modo ser sombra es una profesión como la de Robin, o el ayudante de alguien, que se yo.
Un compañerito de clases, le dijo al profesor, que deseaba ser AIRE. Yo me reí por lo bajo, con lo difícil que es ser RESPIRACIÓN. 
El aire es mucho más complicado, debe estar corriendo de aquí para acá, no descansas nunca. Día de descanso, es cuando se acabe el mundo, que creo que nunca pasará. Ya han habido bastantes simulacros, luego de tantos siglos, Dios debe ser muy poco ocurrente de querer terminar así como así, una pega que tanto le ha costado.
Ya sabemos, los hombres pueden ser unos bastardos, que siempre están haciéndose la guerra. Con decir que incluso no saben a quién creerle, la fe, que ellos mismos inventaron, ha sido para crear conflicto con todo. Que con el agua, con el sol, la tierra, los bosques. No se dan cuenta que eso son simples objetos que puso Dios para que supieran ocuparlos y valorarlos. 
No es que sean tan malos, en realidad tienen muchas cosas con las que nosotros hemos querido tener durante siglos. Están esas cualidades, esos signos, ser bellos. Aunque en eso, los cánones que han impuesto para ellos mismos dejan bastante que desear. 
Como, tener emociones y poder proyectarlas y tocarlas. 
Yo, por ejemplo, la única que vez que me han abrazado fue cuando nací. En cambio ahora soy yo el que debe hacerlo. Si, debí elegir bien mi profesión. No se vale, ahora entiendo que los humanos se demoren tanto en escoger en que serán para toda su vida. 
En cambio, nací y fui a una pequeña escuelita, aunque éramos muchos, 500 parece, no me acuerdo, fue hace tanto tiempo. 
La compañerita que  estaba sentada al frente mío era muy inquieta, como un colibrí. De inmediato fue la primera del curso. Alguna que otra vez me he topado con ella. AMOR, y ese fue su nombre. Aunque me cae muy bien, nunca puedo llegar cuando está ella. O casi nunca. 
Hoy me he levantado queriendo trabajar, veo a mí alrededor y busco a algún humano que desee cooperar con mi pega. 
Camino tranquilo por el Ciudad de México, bajo hacia Rio de Janeiro y miro al costado derecho, al final, ya, voy a Chile. Paso por el norte de aquel país, y llego a la capital, Santiago. Comienzo a saltar por los edificios, y veo que en una plaza escondida, hay un hombre, no hombre, un joven, que no tendrá más de 20 años. Está solo, parece abatido, logro atisbar de lejos a mi compañerita AMOR, se aleja de él con algo de pena. Ella trata de sonreírme, pero yo no lo puedo hacer. La cara del joven me deja mal, una chica está doblando la esquina de una calle cercana y me doy cuenta que es por ella que el rostro de este joven llora. No, ni siquiera llora, es algo mucho más profundo. 
De todos mis años con este trabajo, se me había olvidado lo que es sentir pena, y si, ahí viene PENA, se quiere sentar al lado del humano. Yo, voy corriendo, no quiero que se quede ahí. Antes de que llegue a tocarlo en los hombros, lo empujo de un manotazo. Y me siento ahí. 
Y de entre mis manos, nace una idea, es brillante y tan brillante que es posible iluminar la noche que se avecina. La miro y ella es como un bebé, la abrazo, ahora si me acorde de cómo se podía abrazar.
Y la coloco suavemente en la mente de este joven. 

Se le ilumina la cara, sus ojos son salvajes y con esto reconozco que si acerté cuando elegí esta profesión. Y me llamaron CREATIVIDAD 


_______________________________________________________________________

Hace tanto que no pasaba por este blog, lo he tenido muy botado. Lo siento
Pero hoy quise escribir nuevamente aquí.
Al parecer que al llegar a la "adultez" nos quita mucho de esto..de creatividad.

Gracias por leerme.