martes, 25 de octubre de 2011

Un Gran hombre


Un gran hombre se sentó fuera de su casa mirando como caían las hojas de otoño.
Se quitó su gorro para poder sentir el viento que peinaba sus cabellos canosos, hace algún tiempo los días no eran tan largos, parecían años desde su ventana. Habría alcanzado recorrer gran parte del mundo, con todo el tiempo perdido o quizás ganado, sentado allí.
Alguna vez lo vi con aquellos ojos tristes, pero que sonreían con el, cuando había una buena oportunidad o un gran chiste.
Sobre todo, su sentido del humor nunca había cambiado y seguía en su mente, corriendo entre los grandes edificios azules.
Aquel día seguía su instinto y se dejó llevar con el viento, era muy temprano para mirar atrás y demasiado tarde como para quedarse quieto un segundo más.
Tomó sus alas envejecidas, y lo vi. Desde mi ventana, volando como una hoja seca en el árbol de la vida.


María Oyaneder

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Gracias a las grandes cicatrices que quedan en la piel, gracias a las penas y alegrías que llegan luego de un año que no se quiere ir aun, es que puedo seguir escribiendo, volver para no dejarme estar, no trato de complacer a nadie más que a mi y eso lo tengo que tener en claro.

Que la justicia se haga cargo de los pecadores, que hacen llorar al pobre, desamparado en su casa de lucha y tristeza.

Gracias por leer esto y aquello.

Gracias por estar allí siempre.

Gracias por hacerme dar cuenta que algunas cosas no valen.

Gracias por todo.

1 comentario:

  1. Es como ese cuento "Un hombre muy viejo con alas muy grandes"
    Siempre me ha gustado como escribes, lo unico malo es que veo que en general tu inspiración sale de la melancolía, y no es la gracia. Yo quiero que la Maria sea feliz y escriba siendo feliz y ahi será el texto más hermoso que el mundo pueda ver.
    Te amo amiga ^^

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Hola!
Gracias por pasar por mi blog, espero que me dejes tu comentario^^
De antemano, gracias

María O.